Mucho ha llovido desde que Isadore Max Tarlov
(neurocirujano estadounidense, 1905-1977) publicó su primera descripción de
los quistes perineurales de raíces espinales que todavía hoy conservan su
nombre (Tarlov IM. Perineurial cyst of
the spinal nerve roots. AMA Arch Neurol Psychiatry. 1938;40:1067–1074).
Y sin embargo esta polémica y misteriosa alteración sigue constituyendo
frecuentemente un incómodo hallazgo en estudios de resonancia magnética de
la columna. Tratar de certificar o descartar que una lumbalgia baja o una
lumbociatalgia es consecuencia de la existencia de uno o más quistes de
Tarlov puede resultar aventurado. Y la necesidad y el pronóstico de un
eventual tratamiento quirúrgico puede verse impregnada por una dosis
considerable de incertidumbre con el consiguiente desasosiego de paciente y
cirujano. Afortunadamente el tamaño, la localización y las manifestaciones
clínicas pueden ayudar a establecer un veredicto de culpabilidad, pero no
hay que olvidar que la mayoría de las veces los quistes de Tarlov
constituyen un hallazgo casual en pacientes asintomáticos o con síntomas
atribuíbles a otras alteraciones.
Si os interesa el tema os sugiero la lectura del
siguiente artículo que ni es actual ni es la publicación original de 1938
pero tiene el encanto de estar firmada por Tarlov, y un atractivo sabor añejo.
Tarlov IM. Spinal perineurial and meningeal cysts. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 1970 Dec;33(6):833-43.
3 comentarios:
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
Muchas gracias por tu amable comentario. Un saludo.
Muy acertado tu comentario al respecto pero deberiamos formar a la clase medica puesto que desgraciamente, y aunque en un porcentaje bajo, los quistes de Tarlov son altamente sintomaticos. Si seguimos recomendando el articulo de Isidore Tarlov continuamos abogando por el conocimiento obsoleto de la enfermedad. Los pacientes con quistes sintomaticos padecemos la desinformacion de la mayoria de la clase medica. Desde la APQT trabajamos por el reconocimiento de la enfermedad.
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